En la región de Murcia tenemos
sin duda uno de los mejores climas para hacer prácticamente casi todo tipo de
deportes al aire libre. El motero
habitual ve en esta región una zona genial para hacer rutas durante todo el año
y en especial en el periodo invernal, ya que el invierno es bastante suave o
casi inexistente, casi podríamos decir que es una primavera algo más fresca de
lo habitual en otras latitudes.
Esta región murciana es una zona para realizar salidas y rutas más o menos
largas en moto, pudiendo compaginar tramos de soleadas costas, con parajes de
montaña, así como zonas áridas o desiertos.
Aprovechando este
benigno clima, el grupo motero Riders of Murcia, realizó el 26 de enero del
presente con más de 27º de temperatura y un cielo totalmente despejado, una
ruta motera de aproximadamente 150 kilómetros a través de buenas carreteras
asfaltadas de las provincias de Murcia y Alicante.
A lo largo de este recorrido pudimos visitar y admirar algunos lugares con
cierto contenido histórico y cultural, como fue la visita guiada a la Torre del
Reloj de Pinoso, el lavadero público y la plaza de Gómez Navarro (calvario) en
la localidad de La Romana, ambos municipios pertenecientes a la provincia
alicantina.
El recorrido comenzó como es habitual reuniéndonos en un aparcamiento de un
centro comercial a las 8,30 a.m., para ir en busca de la autovía A-7 en
dirección Alicante, para abandonarla rápidamente en la salida de Fortuna.
Continuamos por la carretera RM-423 en dirección Fortuna hasta llegar a la rotonda de la bandera española, un divertido tramo de curvas que discurre próximo al área recreativa de Coto Cuadros y al embalse de Santomera.
En esta rotonda se unos unen otros componentes del grupo y proseguimos por la misma carretera en dirección Pinoso/Yecla.
A lo largo de este tramo disfrutamos de una cómoda conducción así como del increíble paisaje que forma el desierto de Abanilla, un paraje conocido como el Desierto de Mahoya o el Paisaje Lunar Murciano.
Tras este primer tramo de agradable conducción y después de 57 kilómetros entramos en el casco urbano del municipio de Pinoso.
Pinoso es un municipio alicantino en el que se toman muy en serio los sabores y aromas de la tierra, una localidad con una población de poco menos de 8.000. Pinoso, también conocido como El Pinos lleva el nombre de los pinos que cubren los rangos de las zonas de montaña. Pinoso ofrece un estilo de vida rural, sin semáforos, apenas tráfico, prácticamente los únicos atascos son causados por los tractores que llevan las uvas a la bodega. Los campos están plantados con viñas, almendros y olivos. En febrero, los campos están llenos de almendros con flores rosas.
En este lugar donde tenemos previsto visitar algunos de los símbolos más destacados de la ciudad, hacemos una primera parada en uno de sus restaurantes para hacer buena cuenta de un magnífico almuerzo.
La historia de esta torre del Reloj de Pinoso se remonta a 1887, cuando el alcalde D. Francisco Rico Lucas pide a un arquitecto de Alicante que se realice un proyecto de la construcción de una torre civil con su reloj.
Una vez acabada las visitas volvemos a subir a nuestras monturas y proseguir con la ruta e itinerario previsto.
Salimos de Pinoso por la carretera de Monovar y proseguimos por ella durante unos 11 kilómetros momento en el que llegamos a la rotonda y cruce de La Romana, nuestro próximo destino.
La Romana es una población del interior de la provincia de Alicante, en la comarca del Medio Vinalopó. Elevada unos 420 metros sobre el nivel del mar y rodeada de suaves relieves, valles cultivados de uva de mesa, de campos de almendros y olivos, así como de sierras que alcanzan los 1.000 metros de altitud.
Nada más entrar nos sorprende su moderno diseño de calles lineales, amplias y ajardinadas, nos asombra la tranquilidad, el silencio y limpieza de toda la ciudad.
Tiene una población aproximada de 2500 habitantes, donde conviven diversas nacionalidades.
El primer punto a visitar y parada obligatoria es el Lavadero Público; construido a principios del siglo XX, además de ser testigo del tradicional y duro ritual de lavar la ropa, también era lugar emblemático donde las mujeres allí reunidas, cantaban, contaban historias, chismorreos, etc.
Es curioso un cartel que se encuentra en su interior, donde se observan unas pautas y normas de uso del lavadero, con sanciones en caso de no cumplirlas.
Después de esta parada, hacemos otra en otro lugar emblemático y muy próximo, me refiero a la plaza de Gómez Navarro, conocida como “El Calvario”. Esta se encuentra frente a la casa Consistorial, y construida sobre un antiguo cementerio, sobre el que se construye este monumento religioso que representa las 14 estaciones del Vía Crucis.