La ruta por la N2, empieza en Chaves, al norte del país, y termina en Faro, al sur del mismo.
Cuando la nombraron oficialmente carretera nacional 2, estaba formada en su mayoría por tramos de otras carreteras anteriores, pero con el paso del tiempo se convirtió en la espina dorsal de las comunicaciones por tierra del interior del país portugués.
La ruta por la N2 es especial porque es un viaje perfecto para descubrir el Portugal menos conocido, el que no sale en las guías turísticas. Ese Portugal rural lleno de encanto, de pueblos preciosos, de gentes amables y de gastronomía espectacular.
Este recorrido a través de la carretera nacional portuguesa Estrada 2 (N2), es una experiencia increíble, tanto por los lugares por los que pasa, como por los paisajes y por las infinitas curvas por donde discurre, todo ello por esta carretera nacional que transita por el centro del país portugués de Norte a Sur, desde Chaves a Faro.
DIA 1º: CHAVES KM 0, HOTEL MONTE RÍO (EMBALSE AGUIEIRA 231 km.)
Un parada para tomar unas primeras fotos del momento y del grupo. El ánimo está alto y con muchas ganas e ilusión de comenzar esta fascinante aventura motera.
Tenemos claro que intentaremos seguir la carretera N2, pero que no siempre lo lograremos, porque aunque es verdad que la carretera es la que es y pasa por los pueblos que pasa, hay un montón de lugares y motivos por los que desviarse y que merecen la pena visitar.
Tras este primer momento buscamos una cafetería para desayunar, café con leche y torrada com manteiga e geléia, no muy lejos del K0 encontramos una pequeña cafetería regentada por un simpático y octogenarios matrimonio, que se desvivieron por servirnos el desayuno, finalizado el mismo continuamos el camino hacia el Sur.
Comenzamos cruzando algunas localidades como son Campo Redondo, Bobedo, Vilela Do Tämega, donde las termas y monumentos embellecen un entorno marcado por un fuerte legado histórico, Carragosa, etc., empezamos a sorprendernos con todo lo que esta carretera tiene que ofrecernos: pueblos preciosos de piedra, estaciones abandonadas con un encanto especial, villas termales, carreteras de montaña con unas vistas impresionantes, etc. Hacemos nuestra segunda parada en la localidad de Vidago, donde visitamos la preciosa iglesia de Ntra. Sra. Da Conceicäo.
Después de este alto, intentamos visitar el famoso y próximo Palacio de Vidago, que empezó a construirse a principios del siglo XX y es un hotel de lujo.
No pudimos entrar al recinto ya que tienes que estar alojado en el hotel, pero desde fuera se intuye lo enorme que es el palacio y la belleza del entorno de sus jardines.
A lo largo de el hacemos nuevas paradas como fue el caso del mirador del Guerrero Romano, mirador de Vilarinho Da Samarda, etc. Unos pocos kilómetros antes de llegar a la ciudad de Vila Real, paramos en esta villa de Vilarinho de Samarda para repostar; un pequeño pueblo que tiene una curiosa ‘plaza’ llena de hórreos de piedra y madera.
En nuestro paso por Vila Real paramos un rato y estacionamos las motos en la Avda. Carvalho de Araujó, nuestra primera visita fue a la iglesia de Sao Domingos, de estilo gótico final y reconvertida en catedral, fue la antigua iglesia de un convento de los dominicos.
Frente a la catedral, en una casa del siglo XVI con ventanas manuelinas, se encuentra instalada actualmente la oficina de turismo.
Después de una larga parada donde aparte de conocer algunos de los lugares de esta preciosa localidad, también la utilizamos para descansar, continuamos el recorrido.
Encontrándose la ilusión del grupo por continuar el viaje cada vez más alta, retomamos nuevamente la carretera N2 en dirección a nuestro siguiente destino, Peso Da Regua.
La carretera Nacional Estrada 2 acaba de comenzar y los paisajes ya son impresionantes. Entramos en la región del Alto Douro Vinhateiro y en esta zona la carretera corre ente viñedos encaramados a laderas de montañas, dibujando bonitos paisajes.
Paramos en algunos de los varios miradores que encontramos a lo largo de este tramo y disfrutamos de esas preciosas panorámicas.
Según pasan los kilómetros el trazado se va poniendo cada vez más interesante, es un continuo subir y bajar valles, que nos dejan estampas como estas:
Poco después llegamos a Peso da Régua, nuestra siguiente parada. Esta pequeña localidad a orillas del río Duero; nos impacta al entrar en ella el bullicio de coches, el ir y venir de personas, un incesante ajetreo comercial, sus muchos restaurantes, etc., por lo visto es un sitio muy visitado por los amantes del vino. Además, todas las rutas en coche por el Douro pasan por aquí y es parada obligatoria de los cruceros por el río, de hecho, nos desviamos de la N2 para conocer su puerto fluvial desde el Mirador Da Régua.
En poco más de media hora llegamos a la preciosa ciudad de Lamego, que los visigodos convirtieron en sede de obispado en el siglo VII, aquí visitamos la Iglesia del Convento de Santa Cruz y el Santuario barroco dedicado a Nossa Senhora dos Remédios.
Subimos callejeando para visitar el castillo de Lamego, pero nos fue imposible poder aparcar todas las motos y entrar con tranquilidad a conocerlo.
Decidimos volver a la Avda. Dr. Alfredo Sousa, para desde allí disfrutar de la visión de la impresionante escalinata barroca que sube la empinada colina de Santo Esteväo hasta la preciosa iglesia de Nossa Senhora Dos Remédios.
Fue en este lugar donde se coronó Alfonso I como primer rey de Portugal 1139.
Después de pasar una buena parte de la mañana descubriendo los encantos de Lamego, retomamos el camino hacia Viseu, nuestro próximo destino del que nos separa una distancia aproximada de 68 kilómetros de N2.
Podemos pensar que seguir una carretera nacional es simple y un tanto aburrido, pero la realidad es totalmente diferente; el trazado es bastante entretenido y la conducción por ella muy divertida. La belleza de los paisajes es acorde a la variedad de las ciudades por las que pasamos, ¡no hay tiempo para aburrirse!
Hacemos una parada para avituallarnos en la casa de Comidas Manuel, una de las muchas que hay a lo largo de la carretera, en esta ocasión acertamos. Somos cordialmente recibidos, el dueño nos prepara una estupenda mesa en la terraza junto a las motos y con unas magníficas vistas. La comida es plato único y su precio son 8,5€, a parte la bebida.
Una vez finalizada la comida y con el ánimo repuesto proseguimos viaje. A lo largo de esta distancia que nos separa de Viseu cruzamos una sucesión de pequeños pueblos encantadores, montañas y algún que otro puente de piedra.
Atravesamos la sierra de Montemuro, donde cruzamos el punto más alto de toda la N2 (a 987 metros sobre el nivel del mar), alcanzamos las villas de Colo do Pito, Castro Daire, Río de Mel, Lordosa, etc., hasta llegar poco después a Viseu.
Viseu es la localidad más importante de la Beira Alta. Es una ciudad bastante grande aunque no destaca por tener muchos puntos de interés. Aun así, hacemos un alto en la Plaza de la República, donde se encuentra el Ayuntamiento.
Dejamos atrás Viseu y proseguimos hacia el hotel donde pasaremos nuestra segunda noche en Portugal. Para ello tenemos que salirnos de la nacional Estrada 2, e ir en busca del Hotel Monte Río, que se encuentra muy próximo al embalse Da Aguieira. Para ello dejamos la N2 y nos adentrarnos en un tramo de carretera muy bonita cruzando un precioso bosque y un enorme puente sobre dicho embalse.
Este tramo es bastante agradable, aunque hay que tener en cuenta que prácticamente todo el trazado de la N2 es de doble sentido y sin arcén.
Una vez alcanzado el hotel y visto las horas de luz que nos quedan, decidimos dejar las maletas y hacer alguna visita al embalse y a la vez, buscar un sitio para cenar.
DIA 2º: HOTEL MONTE RÍO (EMBALSE AGUIEIRA) - TORRÄO
(337 km.).
Hoy nos proponemos salir antes y aprovechar el tiempo, ya que el recorrido es mayor que la del día anterior.
Bajamos a las 7,30 a desayunar al buffet libre, la comida estuvo muy bien, abundante y buena presentación.
Tras el desayuno tomamos nuestras motos y partimos camino de Sërta, mientras avanzamos poco a poco hacia el sur de Portugal, esta vez por una autovía qué rápidamente dejamos para alcanzar la localidad de Penacova.
En esta ocasión disfrutamos al 100% de la carretera, y es que es verdad que esta zona tiene menos paradas y los paisajes son preciosos.
Y llegamos a la orilla del río Mondego, los próximos kilómetros de la ruta transcurren por su orilla y por el valle que lo rodea. La primera parada es el famoso Mirador Livraria de Mondego, desde la que podemos apreciar unas curiosas formaciones rocosas junto al río.En este tramo la carretera inicialmente va siguiendo casi en paralelo el curso del río Mondego, poco después lo deja y la N2 sigue en dirección sur para más tarde cambiar a sureste.
Una vez cruzada la sierra tenemos un tranquilo y sinuoso descenso hasta llegar a la playa fluvial de Mega Fundeira.
Y llegamos a Pedrogäo Grande, un pueblo en cuyos alrededores se encuentra el embalse Barragem do Cabril, el cual nos disponemos a visitar primero y cruzarlo poco después.
Para ello y por una pequeña carretera adyacente a la nacional 2 ascendemos hasta un pequeño mirador, desde donde tenemos una preciosas, privilegiadas y amplias vistas del embalse.
Tras un rato de contemplación y algunas fotos, descendemos por la misma carretera y llegamos a la presa, la cruzamos y continuamos viaje.
Desde esta presa se obtiene unas de las mejores vistas del entorno del embalse, pero lo que más impresiona es la visión del río Zëzere muy por debajo de nosotros.
Tras aproximadamente una hora y media de descenso se llega a la tierra de Maranho;
¡Y alcanzamos Sertä! Cuenta la leyenda que Sertã debe su nombre a un episodio ridículo: la esposa de un portugués, después de ver morir a su marido a manos de los romanos, arrojó una sartén (sertã) llena de aceite de oliva hirviendo a los invasores desde la ventana del castillo, obligándolos a retirarse.
Bañada por las aguas del río Zêzere, Sertã combina a la perfección el verde de la mayor zona forestal del país con el azul del río, haciendo de la carretera N2 el vínculo entre estos dos elementos.
Esta zona de la carretera es algo más ancha y con un mayor número de rectas, por lo que se recorre más rápidamente.
Nuestra siguiente parada es el Centro Geodésico de Portugal. En este punto exacto de Portugal está el centro del país (sin tener en cuenta las islas).
Ascendemos por una carretera en muy buen estado y al final de ella nos encontramos con la sorpresa de un enorme Hito de color blanco con una franja negra.
Más allá del simbolismo del hito blanco y negro, lo más resaltante de este lugar son sus vistas. Y es que al estar en lo alto de una pequeña colina, a unos 600 metros de altura, se tiene unas vistas en un ángulo 360º de todos los valles de alrededor. Y si tienes la suerte, como fue nuestro caso, visitarlo en un día sin nubes y con buena visibilidad, las vistas son realmente impresionantes.
A partir de este centro geográfico, el trazado de la N2 se estira completamente y los kilómetros empiezan a fluir mucho más rápidos.
Continuamos hasta la villa de Abrantes; una ciudad muy ligada al ámbito del mundo militar y la última localidad antes de cruzar el río Tajo.
En este lugar y por equivocación nos salimos de la N2, sin quererlo nos metemos en el centro del casco antiguo de esta localidad de calles estrechas y casas encaladas de blanco.
Tras un pequeño espacio de confusiones, calles cortadas, direcciones prohibidas, etc., volvemos a la nacional Estrada 2, proseguimos y poco después cruzamos el río Tajo.
Dejamos de estar entre montañas como hasta ahora y el paisaje cambia radicalmente. A partir de aquí, las curvas de la N2, omnipresentes desde el Valle del Duero, dan paso a las famosas rectas del Alentejo
En esta zona observamos grandes extensiones de olivos, empezamos a ver bastantes árboles sin corteza, y es que, Portugal es el mayor exportador de corcho del mundo.
Continuamos en dirección Ponte de Sor, que debe su nombre a un antiguo puente romano que fue reconstruido en el siglo XIX.
Proseguimos en dirección Sur, se echan en falta las montañas, los profundos valles, y por el contrario nos encontramos con extenso y planos campos de olivares.
La carretera discurre por la orilla del embalse, así que durante un buen rato estamos acompañados de hermosas y relajadas vistas.
Poco después llegamos a la localidad de Montargil y rápidamente cruzamos la presa de este grandioso y repleto embalse.
La carretera prosigue en su empeño de dirigirse hacia el Sur y nosotros no le llevamos la contraría, cruzamos la pequeña localidad de Mora y llegamos a Brotas.
Es un pueblo muy pequeño, pero es un lugar precioso para dar un paseo y empaparse de ese ambiente tan alentejano.
Las casas, en vez de ser blancas y amarillas como hasta ahora, son blancas y azules. Aquí visitamos una de las iglesias con más encanto que hemos visto hasta el momento: el Santuario de Nossa Senhora de Brotas. Fue construido en el siglo XV, pero como casi todas las iglesias del país, mezcla varios estilos debido a todas las reconstrucciones posteriores.
Esta preciosa iglesia se encuentra al final cerrándo una calle con un firme de cantos rodados y con casas blancas y remates en azul a lo largo de toda ella.
El entorno es tranquilo, no vemos a nadie en todo este lugar, el silencio lo inunda todo y nos da una sensación de profundidad.
Dejamos este lindo pueblo y continuamos hacia la villa de Ciborro; un pequeño pueblo de carretera cuyo único interés es la señal que marca el punto kilométrico 500 de esta N2.
Hacemos la obligada parada y tras una sesión de photocall, dejamos alguna pegatina de nuestro grupo, en una especie de mural dispuesto para ello.
Abandonamos esta localidad y continuamos nuestro recorrido.
Los siguientes casi 20 kilómetros por la N2 hasta Montemor-O-Novo discurren por una carretera bastante recta y sus extremos limitados por una interminable hilera de árboles.
En este lugar se divide el grupo en dos, unos prosiguen hacía Torräo, nuestro destino final en el día de hoy, y el resto del grupo, decide entrar en esta localidad para subir a lo alto de una colina, con el fin de visitar la ermita de Nossa Senhora da Visitaçao.
Desde esta atalaya obtenemos unas buenas vistas del pueblo y de su entorno.
Descendemos de este bello y religioso lugar para continuar por la N2 en busca de la localidad de Torräo, lugar en el que se encuentra el resto del equipo y donde pasaremos la tercera noche en Portugal.
Después de unos 49 kilómetros por esta N2, a través unas larguísimas rectas de carretera limitadas por árboles, llegamos a nuestro destino final Torräo, donde vuelve a reunirse todo el grupo.
Este pueblo de Torräo, es una pequeña localidad de calles empedradas y casas con fachadas pintadas de blanco y amarillo o de blanco y azul.
Tras descansar tomando una cerveza en la terraza del bar O Besugo, que se encuentra en la misma plaza, dejamos las maletas en el lugar que hemos reservado para dormir y tras una relajante ducha, nos disponemos a cenar, pero antes hacemos un pequeño recorrido por el pueblo. Nos sorprende la poca o ninguna gente que nos encontramos por sus calles, observamos la cantidad de casas antiguas, deterioradas, abandonadas, etc., dando la impresión de ser un pueblo como “abandonado”.
Decidimos cenar en el mismo bar O Besugo, -fue una mala decisión, ya que comimos regular y nos pareció caro para el lugar.
El camarero no tuvo mucho interés en entendernos, y tras repetir en varias ocasiones que queríamos pollo a la brasa, que se ofertaba en el menú, y una ensalada variada; nos presenta un plato de fideos con algunos trozos de pechuga de pollo, y una serie de condimentos, nada que se parezca a lo que habíamos pedido. La ensalada no era nada del otro mundo, lechuga, unos trocitos de tomate y unas tiras finísimas de cebolla, nada más, eso sí, el precio nos pareció elevado para lo que habíamos comido y para el lugar donde estábamos.
Creo que hay mejores lugares para un fin de etapa que este de Torräo, recomiendo pasarlo de largo y acabar la ruta un poco antes en Alcácovas, o salir de la N2 e ir a Evora.
Creo que hay mejores lugares para un fin de etapa que este de Torräo, recomiendo pasarlo de largo y acabar la ruta un poco antes en Alcácovas, o salir de la N2 e ir a Evora.
DIA 3º: TORRAO - FARO. 171 km.
Partimos camino de Faro, la ciudad en la que acaba la Estrada Nacional 2, metiéndonos de lleno en el Algarve
La conducción a primera hora, descansados, con buena carretera, con un buen firme y limitada por una hilera de altos pinos, a través de campos de olivos y alcornocales, todo un coctel para un magnífico comienzo de etapa.
Tras unos 16 cómodos kilómetros llegamos a la pequeña localidad de Odivelas; donde hacemos la primera parada en la cafetería "O Gato" para desayunar. Un lugar con buen aparcamiento, limpio, con buen café y abundantes tostadas, pero que hay que armarse de paciencia hasta que nos sirven a todos, primero los autóctonos, aunque hayan llegado después que nosotros, y al final el grupo motero.
Dejamos atrás esta localidad y proseguimos hacia nuestro destino final, Faro.
Poco después llegamos al hito que marca el kilómetro 600, cada vez está más cerca el final de esta preciosa carretera nacional Estrada 2. En el kilómetro 607 se encuentra el pueblo de Ervidel donde repostamos combustible, Muy cerca de Ervidel se encuentra la presa de Roxo.
El siguiente pueblo que cruzamos es Aljustrel, un pueblo bastante grande famoso por su ermita en lo alto de la colina, las minas y los molinos.
Poco después alcanzamos Castro Verde; es un pueblo bastante grande con varios puntos de interés para visitar. El más importante de ellos es la Basílica Real, construida en el siglo XVIII y una casa señorial de principios del siglo XX.
Esta casa señorial de Casa María en Castro Verde, que destaca por su originalidad de construcción, del cuerpo principal de la casa se eleva una torre y un conjunto de elementos decorativos en hormigón, que los distingue y diferencia del resto del edificio, así como de la restante arquitectura civil de la villa de Castro Verde. Este conjunto arquitectónico fue mandado construir por su propietario y agricultor D. Álvaro Romano Colacö, en los inicios del S.XX.
Dejamos esta villa y seguimos hasta alcanzar Almodovar; es un pueblo bastante grande pero con poco interés más allá de sus iglesias y de algunas esculturas curiosas de Aureliano Aguiar. Visitamos la de los bomberos, ¡cómo no!
Tras un intensísimo y curvilíneo recorrido que hacen las delicias de todos, hacemos una amplia parada en el mirador Do Caldeiräo. Un lugar ideal del interior del Algarve para descansar y disfrutar de unas vistas geniales de la sierra y sus bosques.
Como curiosidad, en este lugar hay un doble columpio, que nos hizo pasar un agradable y guasón rato.
La ciudad nos recibe con un denso tráfico, algo normal en estos lugares de playa; llegamos al hito 738 km., que se encuentra en el centro de una concurrida rotonda, esta será la última referencia de la N2 que tendremos.
En este punto celebramos el final de nuestra aventura por la Estrada Nacional 2, aunque no es el final del recorrido, aún nos resta carretera para volver a nuestra ciudad de Murcia.
Como la idea es no quedarnos en Faro, pues aún le quedaban muchas horas a este día, decidimos comer en una pizzería en el mismo puerto.
Acabada la comida y comprado algunos recuerdos, iniciamos camino, en esta ocasión, en dirección a España y más concretamente hacia la región de Murcia.
Muy bonita ruta está N-2 y muy bien comentada por ti Isidoro , un viaje de esos que quedarán para el recuerdo , gracias por tu buen hacer " Capitán "
ResponderEliminarGracias Pepe, me alegro que te guste la descripción, porque la ruta, ya se que te encantó.
EliminarExtraordinaria explicación pormenorizada y bonitas fotos que ilustran una magnífica aventura, queda enmarcada para el recuerdo, felicitaciones a tí y todo el equipo.
ResponderEliminarGracias J. Luis, viniendo de tí, que eres el maestro en esto de las descripciones, es todo un elogio.
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