GRUPO MOTERO MURCIANO, QUE NOS DEDICAMOS A DISFRUTAR DE NUESTRAS MOTOS Y AMIGOS.

domingo, 11 de febrero de 2024

RIDER OF MURCIA: CAMPOTEJAR, FENAZAR, RELLANO, RAMBLA DE LAS PANSAS, ABANILLA.

 


Preciosa, fácil y divertida la salida que realizamos este jueves 8 de febrero por parte del grupo motero RIDES OF MURCIA, una ruta a través de la comarca del noroeste de la región murciana, llegando a rodar por pequeños tramos de carreteras alicantinas.
Un recorrido de 165 kilómetros on road, que partiendo del casco urbano de Murcia y siguiendo sobre carreteras nacionales y algunas locales, nos llevó unas 4 horas de conducción.


En esta ocasión nos juntamos un total de 13 motoristas de diferentes modelos, marcas y cilindradas del grupo Riders of Murcia y dos invitados Lorenzo y Sergio.



Inicialmente quedamos a las 8,30 parte del grupo en un aparcamiento de una gran superficie en Murcia capital y otra parte del grupo los recogeríamos en la localidad del Fenazar sobre las 8,50.
El primer grupo se dirige por la N-301 en dirección a Molina de Segura, donde hacemos la primera parada para reagruparnos, a continuación rodamos siguiendo por el camino de la Hornera para confluir poco después con la RM-411.
Este sinuoso tramo de estrecha carretera asfaltada discurre por la zona de Campotejar entre huertos de cítricos, almendros y frutales, pasando por la pedanía de la Albarda.
El nombre de esta pedanía de La Albarda, su topónimo podría hacer referencia a la planta del albardín, utilizado junto con el esparto para la realización de cordeles y algunos elementos domésticos. Todo el Camino de La Albarda está bordeado por huertos de melocotones, nectarinas, albaricoqueros, cítricos, olivos o granados.
Tras un recorrido de aproximadamente 10 kilómetros, confluimos en la carretera Archera/Fortuna y continuamos por está rápida calzada hasta alcanzar la localidad de Fenazar, donde nos esperan el resto del grupo de compañeros.
Una vez reagrupado la totalidad del grupo nos dirigimos en dirección a las localidades de la Hurona y más tarde El Rellano. Una magnífica y sinuosa carretera que discurre entre amplias sierras como son a la izquierda la sierra de la Espasa, a nuestra derecha la Sierra de Lúgar y frente a nosotros la espectacular sierra de la Pila.


Tras curzar la pedanía del Rellano, hacemos la primera parada de descanso en el mirador del Rellano. Un lugar apartado, solitario y bien acondicionado, para aparcar las motos y disfrutar de unas preciosas vistas.
Frente a nosotros tenemos el Alto del Rellano, bajo nuestros pies dicurre la rambla del Chorro, a nuestra espalda la sierra de la Pila. Podemos alcanzar a ver la sierra de Cajal, de Ricote, del Oro, la Palera, etc.












Tras unos minutos de agradable coloquio y algunas fotos, volvemos a nuestras monturas y retomamos la carretera RM-A40, ahora en dirección a la estación de Blanca.


El tiempo acompaña y disfrutamos de la conducción por esta solitaria carretera que sigue paralela la vertiente sur de la sierra de la Pila, cuya denominación es: Parque Regional de la Sierra de la Pila y cuenta con las protecciones ZEPA y LIC.
Alcanzamos la carretera nacional N-344 y por ella seguimos en dirección Jumilla. Esta nacional que discurre casi en paralelo a la autovía A-33, nos proporciona la posibilidad de avanzar por una carretera en muy buen estado de conservación, lo cual nos permite mantener una buena velocidad de crucero sin prácticamente cruzarnos con ningún otro vehículo.
Después de 8 kilómetros de magnífica y recta carretera llegamos a una rotonda que nos indica la salida hacia La Zarza, abandonamos la nacional y seguimos por esta nueva durante unos 1,4 kilómetros para llegar a la Venta Casablanca, donde hacemos una segunda parada para avituallarnos.




 A continuación de un largo periodo de descanso y buen yantar en un agradable ambiente de camaradería y amistad, volvemos a retomar el camino, en esta ocasión volviendo sobre nuestros pasos para alcanzar y continuar nuevamente por la anterior carretera N-344. Ahora seguimos por ella hasta prácticamente la entrada a la ciudad de Jumilla (salida nº67), junto a la nave de la bodega Parajes del Valle cogemos la carretera MU-15-A. 



Proseguimos por ella en dirección Pinoso; es una solitaria vía que enlaza la nacional N-344 con la comarcal C-3223 en el cruce de la Venta Las Quemadas.


Es una carretera de unos 21 Km estrecha, con firme irregular y con escaso tráfico. Bordea el Parque Regional de la Sierra de El Carche por la cara norte, destacando además, por encontrarse tres bodegas en sus inmediaciones: "Casa de la Ermita", "Hacienda de El Carche" y "Carchelo".
A lo largo de esta carretera disfrutamos de las vistas de unos frondosos bosques en la vertiente norte de esta sierra de la Pila, es un encanto conducir por este barranco de las Pansas, formado por la sierra del mismo nombre y la sierra del Serral, con sus verdes bosques de pino carrasco, sus almendros en flor, sus cerros, etc. 



Una vez alcanzada esta venta, hacemos una parada para reagruparnos y descansar unos minutos, a continuación seguimos por esta carretera C-3223 en dirección Pinoso y tras unos minutos atravesamos este municipio por la nueva vía para tráfico pesado y que te lleva a la carretera CV-836 en dirección a Fortuna, sin tener que atravesar las calles de Pinoso. Cruzamos las pequeñas localidades de La Tejera, Rodriguillo, etc., ya en la provincia de Murcia seguimos por la misma carretera que ahora se denomina RM-422. Seguimos cruzando El Algarrobo, El Alto del Salado, etc., todo este recorrido se hace a buen ritmo, ya que la carretera es muy buena y con alguna curva interesante. Tras pasar el restaurante Los Collares y en la rotonda cambiamos de carretera siguiendo ahora la MU-412 en dirección Abanilla. Alcanzamos y cruzamos la pedanía de Mahoya perteneciente al municipio de Abanilla, pequeña localidad con apenas 609 habitantes, su antiguo nombre fue La Huerta y así consta en los legajos del siglo XVI. De esta fértil hoya, regada por el Chícamo y su red de acequias, bruscamente pasamos a zonas de secano. Aquí abundan plantas como las palmeras, las paleras (chumberas) y pitas («piteras»), y como cultivo de secano por excelencia, el almendro.

vistas de parte de lo que se denomina "La Palestina murciana" y conocido como el desierto de Abanilla.

Salimos de esta pedanía y a 1,5 kms., llegamos a las inmediaciones de la ciudad de Abanilla, tras callejear desembocamos en la plaza de la Purisima, donde aparcamos las motos y nos disponemos a conocer este precioso rincón de Abanilla donde tendremos la oportunidad de ver un impresionante monumento a los Moros y Cristianos, obra del escultor abanillero, Cayetano Ramírez, “Tano”.
Con esta escultura se manifiesta el pasado árabe, morisco y cristiano de Abanilla y se rememoran las Fiestas de Moros y Cristianos que tienen lugar a finales del mes de abril y mediados del mes de mayo.


En esta misma plaza y siguiendo una estrecha callejuela nos encontramos con el Lavadero Púbico; Este lavadero es uno de los pocos todavía en uso de la Región de Murcia, recibe las aguas de la fuente de la Calle Mayor, por esto, ambas construcciones datan de 1880. Después de varias reformas, en el año 1971 el lavadero fue reducido a su estado actual. La remodelación definitiva, en1995. Como curiosidad y estando Abanilla muy próximo a Fortuna, el agua que discurre por este lavadero público es termal, sale a una temperatura de 20º centígrados, ¡algo que nos sorprendió a todos!








A su vez esta plaza ostenta el honor de tener la fachada de la iglesia parroquial de San José; un elemento religioso que ostenta la disposición de B.I.C.



Es de estilo barroco murciano, mandada a construir por la Orden de Calatrava y consagrada al culto en 1712 por el obispo Belluga.
En la portada principal, una hornacina aloja en su interior una imagen de San José y el Niño, en la portada lateral encontramos la imagen de la Inmaculada Concepción.
Sobre la puerta de acceso de las fachadas lateral y principal, se puede apreciar esculpida la Cruz de Calatrava, emblema de los titulares del templo hasta 1879, año que pasa a depender de la Diócesis de Cartagena.
Destaca la belleza de su altar mayor, realizado en 1733 por Jacinto Perales.
En su interior y junto al altar se encuentra un Lignum Crucis que guarda unas astillas del madero donde murió Jesucristo.
Tras disfrutar de estos precioso y entrañables lugares, volvemos a callejear por la calle Mayor, donde podemos ver de pasada la fachada del Ayuntamiento de Abanilla, seguidamente y en la plaza de las cortes vemos la “Fuente de la Calle Mayor”. En 1880 se excavó una nueva mina y se creó la actual fuente y el lavadero. Las aguas son de origen termal, como la de los Baños de Fortuna. Salen a una temperatura de 20º centígrados y en su composición llevan sales sulfurosas, lo que les da un sabor y olor característico.

A continuación siguiendo la calle Mayor y posteriormente la calle Canalejas alcanzamos el “Lugar Alto” de esta población, lugar donde se encuentra el monumento al “Sagrado Corazón de Jesús”, fue instalado en este emplazamiento en el año 1946. Obra de los escayolistas murcianos, Nicolás y Anastasio Martínez (autores de la imagen monumental del Corazón de Jesús de Monteagudo- Murcia-). Sobre un pedestal de mampostería de 7 metros está colocada la imagen de 4 metros.






Desde este cerro dominante de Abanilla, con una altitud sobre el nivel del mar de 268 m, tenemos unas privilegiadas vistas de toda la población y sierras aledañas en un ángulo de 360º.
En este lugar podemos encontrar restos de un castillo árabe, algunas casas cueva y el depósito de agua de la población.




Desde este punto podemos observar una curiosa y amplia escalinata, que partiendo casi desde el Ayuntamiento llega a este Lugar Alto. 
Esta enorme escalera se construyó en el 1957 y tiene aproximadamente unos 200 escalones.
A lo largo de toda ella se encuentra pintada con diversos dibujos de motivos típicos del término.














Después de un largo periodo de tiempo de descanso, observación, disfrute y mucha convivencia, volvemos a las motos y descendemos de este Lugar Alto por la calle Salvador Allende, la cual nos lleva a la carretera de Orihuela, pasando por la preciosa ermita de San Pascual.
Este templo se localiza en el conocido barrio de “la Cañada”, llamado así por ser la zona de huerto o cañada de la Orden de Calatrava.
La ermita fue construida por los hermanos Pascuala y Antonio Riquelme Marco entre los años 1953-1959 y posteriormente la donaron a la parroquia.
Tras confluir con al carretera de Orihuela y callejear por varias calles llegamos a la “Casa de la Encomienda”, que también ostenta la condición de B.I.C.
Se edificó en el siglo XVII, por la Orden de Calatrava, se construyó con la función de pósito ya que este era el lugar dónde se recaudaban los diezmos (impuestos).
En 1873 cesó de ser una dependencia de la Orden de Calatrava, tras la desamortización emprendida por Pascual Madoz (Ministro de Hacienda). Actualmente, su titularidad es municipal porque fue adquirida por el Ayuntamiento en 1986 y alberga dependencias como la biblioteca, servicios sociales.
La 
cual no pudimos visitar por encontrarse cerrada, pero junto a ella encontramos otra edificación con una fachada que nos llamó mucho la atención por su originalidad, florituras, dibujos, colores, etc.



Esta curiosa casa se llama Maison Eva Marie, una casa de un artista de Abanilla que se la dedicó a su hija, la cual tenía ascendencias francesas.









Tras esta visita, decidimos que ya es hora de volver a Murcia, para ello cogemos la Avda region de Murcia y por ella desembocamos en la carretera RM-414 y siguiéndola alcanzamos la autovía A-7 y por ella hasta llegar nuevamente a Murcia.









viernes, 9 de febrero de 2024

RIDERS OF MURCIA EN RIOPAR VIEJO.

 


En las estribaciones de la sierra de Alcaraz nace el río Mundo. Sus aguas forman un sistema medioambiental único y de gran belleza; aguas abajo también se usaban para hacer funcionar los talleres de lo que se llamó Fábricas de Riopar.
Estás fábricas se crean en el tiempo de Carlos III, ya que habiendo en sus inmediaciones minas de zinc, que combinado con el cobre, produce latón.
Estás fábricas son creadas oficialmente por Real Cédula, el 19 de Febrero de 1773, siendo pioneras en la industria metalúrgica en toda España.
En 1869 son las primeras en la fabricación de cartuchos Remington.



Hoy en día Riopar Viejo vive a la sombra de su Iglesia y su castillo que ya no defiende nada. Cada día son menos los habitantes que habitan este pintoresco y solitario lugar, quedando esta localidad albaceteña como sumergida en el tiempo.
Los productos de orfebrería y demás productos fabricados en Riopar han cosechado las más altas distinciones y obtenido numerosos premios nacionales e internacionales.
Riópar viejo existe desde la Edad de Bronce. Tras quedar totalmente despoblado en el año 1995, se revitalizó de nuevo para acoger al turismo. Encontramos aquí numerosas casas rurales y restaurantes, todo de piedra para no romper el ambiente rural de la zona.

Sobre una colosal roca que se alza en medio del hermoso y rico valle del río Mundo se encuentra esta localidad, rodeada por completo por altas montañas. El emplazamiento es asombroso por su elevación 1150 m., y el dominio del entorno es total en un ángulo de 360º. Su acceso es sencillo pues se puede llegar en vehículo hasta el mismo pueblo de Riópar Viejo.


Nada más dejar las motos en un espacio habilitado como aparcamiento, comenzamos a movernos por el, lo primero que vemos y que nos impacta por su buen estado de conservación fue su iglesia del Espíritu Santo.



La iglesia del Espíritu Santo de Riopar viejo, es una construcción del siglo XV, declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional, formada por una planta rectangular con cinco tramos separados por arcos. La cubierta es una armadura decorada con pinturas se estilo mudéjar con una sólida torre


A pesar de que no suele estar abierta normalmente, en esta ocasión nos abre sus puertas para poder conocerla por dentro. Su interior destaca por su estilo armónico y sencillo, donde se encuentra un coro de madera sostenido por una columna y una bella pila bautismal.








Está considerada Bien de Interés Cultural desde el año 1981.


Tras esta visita decidimos subir a ver los restos de un castillo roquero medieval y su muralla, de origen islámico, encontrándose en muy mal estado. Prácticamente lo único que queda es el lienzo Sureste con sus cuatro torres unidas por un paño de mampostería, todo muy arruinado. En su interior quedan escasas ruinas, de las que podemos observar las paredes de la enorme torre del Homenaje, de planta rectangular y de fabricación similar al resto.





Observamos que el cementerio moderno está a los pies del castillo, pero durante el siglo XIX y parte del XX se utilizó el castillo como cementerio, apareciendo desperdigadas por todo el recinto diversas tumbas con sus lápidas correspondientes





Para acceder al interior de las ruinas del castillo lo hacemos siguiendo una corta, estrecha y algo empinada senda, en la que encontramos personas y animales subiendo y bajando por la misma.



El Cerro del Castillo ha sido ocupado por todos los pueblos desde la prehistoria hasta nuestros días. Íberos, romanos, visigodos y, sobre todo, musulmanes, pues musulmanes fueron los restos de la primera fortaleza que se levantó. Fue conquistado a los moros en 1213 por las huestes de Alfonso el Noble, poco después de Alcaraz, y tras el desconcierto que supuso para los moros la gran derrota de las Navas de Tolosa en 1212.





En el espacio que englobaba el gran recinto inferior del castillo, existen varias fuentes de excelentes aguas, lo que resolvía los problemas de sed de los defensores en caso de asedios.

En un paso natural entre dos rocas hay un arco apuntado por el que se accede a una fuente con unos escalones semicirculares a modo de gradas. El agua mana de una pequeña columna de mampostería y derrama en dos pilares circulares situados de forma escalonada. Aunque su construcción es relativamente reciente, aparentemente aquí manaba agua desde antiguo. Algunos incluso dicen que ya se utilizaba este manantial en época árabe.






Desde Riópar Viejo y más concretamente desde el interior del castillo, encontramos unos miradores naturales para poder disfrutar de unas bonitas vistas:









Una vez concluida la visita a Riopar viejo, un punto que no hay que dejar de conocer son Los Chorros del río Mundo.
Se encuentran muy cerca de Riopar y el acceso aunque está controlado y a veces hay que  hacer una larga cola, merece la pena.