GRUPO MOTERO MURCIANO, QUE NOS DEDICAMOS A DISFRUTAR DE NUESTRAS MOTOS Y AMIGOS.

martes, 11 de junio de 2024

RUTA MOTERA POR LAS HOCES DEL RÍO JÚCAR: MURCIA - CHINCHILLA, ALCALÁ DEL JÚCAR - VILLA DE VES - EMBALSE DEL MOLINAR - TÚNEL SALTO ANTIGUA CENTRAL ELECTRICA DEL MOLINAR, COFRENTES (1er. día)

 


Si una actividad se puede medir por lo épìco de lo que se quiere ambicionar, ésta que nos proponemos hacer por las hoces del río Júcar tenía todas las papeletas para serlo.
La idea es realizar un recorrido de dos días, jueves y viernes, el primero de ellos tenemos la intención de que sea en su mayor parte un recorrido off road, y el segundo todo on road.

Un itinerario total de aproximadamente 650 kilómetros, mezclando todo tipo de terreno, carreteras, paisajes, historia, etc., una aventura apasionante, grandiosa y casi diría dura, por el calor que hizo.
Con estas premisas y como en anteriores ocasiones nos juntamos en el aparcamiento de una gran superficie del casco urbano de Murcia, en esta ocasión quedamos un poco antes de la hora habitual, ya que sabemos que el día va a ser largo, fuerte y la previsión es de mucho calor, así que a las 8 en punto y ya todos preparados, damos el pistoletazo de salida.


Iniciamos el viaje en dirección a Chinchilla, para ello cogemos la autovía A-30 hacia Albacete y la abandonamos en la salida 116/Ulea, donde nos esperan el resto de los integrantes del grupo RIDES OF MURCIA. En total nos juntamos 9 motos de distintas marcas, modelos y parecidas cilindradas.



A partir de aquí proseguimos por la N-301 hasta la localidad albaceteña de Pozo Cañada, donde hacemos la primera parada y la aprovechamos para almorzar en la Tapería de la Plaza.
¡Un total acierto!.

Tras el descanso seguimos y poco después alcanzamos el cruce que nos dirige hacia el municipio de Chinchilla.

El grupo se mantiene compacto y sin problema, el ánimo por este apasionante viaje es alto y la ilusión maxima.
A partir de aquí comenzamos a notar que la temperatura ambiental es cada vez mayor, sabiamos que hoy sería un día muy caluroso, una temperatura que no es acorde con la época del año, no son las más cómodas para montar en moto, pero el deseo de avanzar es grande y proseguimos con más ganas si cabe.
Tras una larga y estrecha recta alcanzamos la localidad de Chinchilla.     En lo alto del amplio cerro de San blas se alza el castillo de Chinchilla de Montearagón (Albacete), separado de la sierra de Chinchilla por una profunda vaguada, desde esa atalaya vigilante de la población del mismo nombre, nos dá la bienvenida.




Bordeamos esta ciudad y tomamos la carretera AB-218 para seguirla hasta la localidad de La Felipa.
En este sitio el grupo se divide en dos, 7 de nosotros continuamos por un amplio camino de tierra del mismo nombre que el pueblo y en dirección a Tinajeros, a su vez, otros dos miembros del grupo prosiguen por una carretera asfaltada hacia Valdeganga, donde hemos quedado en un punto de encuentro.




Tras alcanzar y cruzar Tinajeros, proseguimos por otra larga pista de tierra que nos llevará hasta la carretera N-322.



Desde que dejamos Chinchilla el paisaje nos brinda unas amplias vistas de la llanura manchega, que quedan para siempre grabadas en nuestra retina.



Por ella, N-322, alcanzamos el cruce con la carretera AB-200 que se encuentra junto al río Júcar, siguiendo casi en paralelo su curso.
A esta hora el sol pega fuerte y hacemos un receso a la sombra de una arboleda, para descansar un poco.




Aproximadamente a 2,4 kilómetros encontramos a la izquierda de la carretera una pista de tierra, que es el camino de las Mariquillas a los Yesares y que desemboca a su vez en el camino de las Mariquillas a Valdeganga.   Nos introducimos en el y comenzamos a disfrutar de lo lindo, un camino de tierra no muy ancho pero suficiente, con poco o ningun desnivel y que puede hacer disfrutar a cualquier motero off road, incluso a los no muy expertos en este tipo de conducción.

Este camino pasa junto a la presa de Bolinches, donde paramos para  disfrutar de la visión del agua, de la presa y de su entorno.














Proseguimos en dirección hacia Valdeganga por este mismo camino de tierra que discurre através de huertas, el cual nos ofrece una gran variedad de paisajes ribereños y roquedos, repletos de cuevas y alguna que otra fuente y manantial natural.
El punto de encuento con los compañeros que van por asfalto es el ecoparque fluvial, que se encuentra junto al puente que cruza el río Júcar.
El recorrido total de este camino de tierra es de 9,6 kilómetros.

Bajo la sombra que nos ofrece este puente, ya que el calor es cada vez más fuerte, descansamos y nos refrescamos un poco, para seguidamente continuar por otra nueva pista de tierra.




Este camino que atraviesa la zona de la Abadía, discurre por la margen derecha del río, no tiene dificultad, apenas desnivel y atraviesa tambien algunas zonas de huerta.
Hacemos una corta parada para admirar las ruinas de lo que fue la ermita de San Benito y que data del siglo XII.





Realizamos este camino con la idea de llegar hasta el puente romano por el que pasaba la calzada que unía Laminio con Caesaraugusta (Granada con Zaragoza) y, que nos facilitará cruzar el río a la altura de la aldea Puente Torres,  para proseguir por la carretera asfaltada CM-3218.

puente romano de Puente Torres.

entrada a la localidad de Puente Torres.

Por ella y tras unos 8 kilómetros alcanzamos el cruce que nos llevará a las localidades de Alcozarejos y Jorquera. Para ello debemos descender por una estrecha y sinuosa carretera hasta casi el nivel del río.   A partir de ahora parece que entramos en otra época, en aquella en la que abundaban las casas cueva.
Seguimos una estrecha y serpenteante carretera que discurre por la margen izquierda del río, circulamos junto a altas paredes de piedra caliza que nos acompañaran practicamente todo el recorrido.
Conducimos tranquilos, sin prisa, disfrutando del entorno y de todo lo bello y hermoso que nos ofrece la ribera de este río Júcar.


Tal es así que decidimos a pesar del calor, hacer una parada en un espacio libre de asfalto y junto a la presa de Cubas; un lugar que bien merece un rato de contemplación y alguna foto.

 





Siguiendo por este cañón, se llega a uno de los pueblos más bonitos e importantes de la ruta, La Jorquera.       
La carretera pasa por debajo de esta localidad.  En esta ocasión y debido a la hora, no subimos a visitarlo, si no que, continuamos hasta el siguiente pueblo que es La Recueja.    En este lugar decidimos parar a comer en el bar Los Hortelanos, que se encuentra a la entrada y muy cerca de la carretera.
 "Una muy mala decisión".
 




El sitio es agradable, ya que se encuentra en un jardín junto al río, pero hace muchísimo calor para comer al aire libre y con poca sombra, la zona está llena de moscas y por la cercanía del agua tambien de mosquitos. No tienen menú, así que comemos a la carta, no quedando conformes con la calidad de los platos y mucho menos con el precio que nos cobran y sin factura o ticket.   
Creo que es mucho más acertado, por la distancia que los separa, poco más de 10 kilómetros, ir a comer a cualquier otro restaurante o bar de Alcalá del Júcar.
Tras esta mala experiencia proseguimos el itinerario, después de unos minutos de relajada conducción a través de esta preciosa garganta que nos hace olvidar el mal momento de la comida, comenzamos a ver en lo alto del desfiladero el castillo de Alcalá del Júcar y poco después entramos en esta ciudad.


El ánimo está alto, diría que muy alto, y con ganas de volver a introducirnos en estas pistas ribereñas del Júcar.



Alcalá del Júcar es uno de los pueblos más espectaculares y pintorescos de la región; su situación y el excepcional paisaje que forma la Hoz del Júcar hacen que, en cuanto aparece ante nuestros ojos, sintamos la necesidad de detener la marcha para poder contemplarlo en toda su grandiosidad.   En 1982 fue declarado Conjunto Histórico Artístico.
Alcalá de Júcar se encarama en una roca sobre un meandro del río, sus casas escalan por ella o se excavan en la tierra y ascienden hasta el castillo 
que lo preside todo.
Cruzamos el puente de entrada a esta villa y rápidamente tomamos el desvío hacia la pedanía de Tolosa. 
Para ello hay que ir siguiendo la margen izquierda del río y en principio por una carretera encementada. 


Tolosa es un pequeño pueblo de la provincia de Albacete, perteneciente al municipio de Alcalá del Júcar, situado en la comarca de la sierra de Alcaraz, un lugar ideal para los amantes de la naturaleza.
Aquí y por su proximidad, tenemos unas bonitas imágenes del río Júcar.


Una vez alcanzado y cruzado esta pedanía, la carretera se convierte en pista y sigue en dirección a la central eléctrica de El Bosque.

se aprecia la pista de tierra al salir de Tolosa.

Proseguimos ahora por una cómoda pista de tierra hasta llegar a las proximidades de esta central eléctrica, cruzamos el río Júcar por un puente y continuamos por un camino que discurre por un precioso bosque, en ocasiones por una antigua y nada mantenida carretera asfaltada, que discurre en dirección a la central eléctrica del Tranco de Loba.
En este punto nos encontramos una puerta metálica que nos corta el paso por esta carretera.



Para continuar veremos a la izquierda de la misma un pequeño camino de tierra que nos llevará a otro puente, por el que volvemos a cruzar el río.
A partir de este punto empezamos un fuerte ascenso por una serpenteante pista de tierra y piedras sueltas, que nos elevará unos 200 metros de desnivel en unos escasos 2 kilómetros.
En esta subida hay que extremar la precaución, debido a las piedras sueltas, cabe la posibilidad de que nuestra moto derrape la rueda trasera. ¡Ojo!

Una vez en lo alto tendremos unas largas rectas, tambien por caminos de tierra, que nos relajan de la estresante subida anterior.
Estando sobre la carretera que lleva a Casas de Ves, cojemos una magnífica pista de tierra que tendremos a nuestra derecha y que nos llevará en tan solo 4 kilómetros a la carretera B-20, por la que bajaremos a la localidad de Villa de Ves.




Aquí hacemos una parada para reagruparnos y descansar unos minutos, ya que el intenso calor y la falta de agua han hecho mella en el grupo.

descanso y referesco en la localidad de Villa de Ves.

descanso en Villa de Ves.

En esta pequeña villa lo encontramos todo cerrado, gracias a una amable mujer que nos facilita de su casa, agua fresca y algunas latas de cerveza, podemos mitigar la sed  y proseguir.
Tenemos idea de continuar bajando hacia la presa del embalse del Molinar, pasando antes por el Santuario del Cristo de la Vida.
Una vez descansados iniciamos el descenso hacia el Santuario, desde la carretera tenemos unas preciosas y amplias vistas del embalse, del santuario y del cañón que forma el río Júcar.




Descendemos y visitamos el Santuario del Cristo de la Vida; un lugar religioso y con unas vistas impresionantes de cañón que a lo largo de los años ha ido horadando el río Júcar.   
Este santuario del Cristo de la Vida está formado por la antigua iglesia de Casas de Lázaro, construida a finales del siglo XVI, y unas profundas criptas, en las que aún se conservan algunos restos de antiguos enterramientos. Cabe destacar, en el interior del templo, los retablos del siglo XVI y XVIII.    Desde aqui los paisajes del cañón, río y embalse del Molinar, nuestro proximo destino, son impactantes.









El calor continúa siendo fuerte, a pesar de ello el ánimo no decae y tras un corto espacio de tiempo en este lugar, continuamos el descenso hacia la presa de este embalse.

La entrada a la presa se hace através un un largo túnel, en el que el aire fresco se agradece y nos dá algo más de vidilla.





Cruzamos esta presa y seguimos por la carretera durante aproximadamente unos 700 metros, momento en el que llegamos a una pronunciada curva y en la que veremos un poste vertical informativo, que nos advierte de una pista de 300 metros que lleva a la entrada del túnel, que transportaba el agua hacia la caída de la antigua y abandonada central eléctrica del Molinar.
-Esta pista de 300 metros se encuentra en mal estado y con una fuerte pendiente descendente. No es aconsejabla para motos de carretera o conductores no acostumbrados a este tipo de terreno.-



El recorrido continúa ahora por el interior de un túnel de casi 4 km de largo, por las entrañas de la montaña, y que llega a la antigua central eléctrica de el Molinar, en Villa de Ves (Albacete).
Esta central eléctrica se construyó en 1910 y abastecía a Madrid de electricidad.
El túnel nada más entrar sobrecoge, la ocuridad y el silencio es total, aunque hay pequeños tramos a cielo abierto.   La conducción através de el es fácil pero te hace tener los 5 sentidos en alerta.   La humedad es grande y la temperatura desciende a unos constantes 18º C.   
El recorrido através de el lo hacemos despacio, siempre pendientes de cualquier sorpresa, el tiempo pasa despacio y el corazón se acelera, pero la sensación es placentera y la experiencia agradable.





Al final del mismo encontramos un gran espacio que fue el depósito de presión forzada, el cual se encuentra justo 60 metros sobre la antigua y abandonada central eléctrica.





Tras las consabidas fotos y comentarios, volvemos a desandar el túnel y ascendemos nuevamente hasta la carretera, a partir de ahora conducimos en dirección inversa, hacia Villa de Ves, pero antes de llegar a ella nos desviamos por una serpenteante carretera AB-2004, por ella desembocamos en la carretera CM-2707, no sin antes cruzar la localidad de La Pared.



Siguiendo esta carretera y tras un tramo de divertidas curvas sobre un magnífico firme, llegamos a la entrada de Cofrentes y por consiguiente al hotel donde tenemos reservadas las habitaciones.


Después de una buena ducha y un espacio de tiempo de esparcimiento y agradables charlas, decidimos buscar una gasolinera y llenar los depósitos para el día siguiente.
En Cofrentes, y es algo inexplicable, no hay gasolineras, así que tenemos que desplazarnos a la localidad de Jalance, que se encuenta a unos 8 kilómetros, para respostar y viendo la hora, decidimos cenar un esta misma localidad.
Lo hacemos en el bar-restaurante Tapería Central, ¡todo un acierto!; muy buena atención, tapas y bocadillos buenísimos y a un precio ajustado, los camareros muy atentos y amables.




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